viernes, 10 de agosto de 2007

De incendios y linces.

Un terrible incendio ha dejado destrozado parte del término municipal de Obejo. No se ponen de acuerdo en las cifras exactas, 4.100 has, 4.500 has, 7.500 has, e incluso algunos aseguran que el territorio achicharrado sobrepasa las 10.000 has. Desolador, dramático, triste... Todos los veranos la misma historia y a rezar que no te toque. Cada vez que oigo una avioneta o un helicóptero se me pone la piel de gallina, algo se quema por aquí cerca. Esta vez ha sido demasiado. El peor desastre medioambiental que recuerde en la comarca, nuestro PRESTIGE particular; por si nos faltaba algo. Pero no se qué ocurre con el fuego que se nos olvida tan rápido como las llamas consumen un pastizal. Tres o cuatro días después parece que nada ha ocurrido; pero sí, vecinos y vecinas guadiateños, pasarán más de 50, 60 o 70 años hasta que veamos esas encinas tal y como estaban hace un mes. Cuando vemos las llamas en las noticias lo primero que pensamos es en los árboles, pinos, encinas o alcornoques. Normal, es lo que más tardará en “revivir”. No pensamos en los millares y millares de individuos de pájaros, reptiles o mamíferos que han tenido que desplazarse si han podido escapar, los primeros refugiados y desplazados de la historia de la tierra. Los anfibios habrán muerto casi todos, las llamas suelen ser más rápidas que sus patas. Pero sobre todo no pensamos en el problema más inmediato y el fundamental para que todo empiece de nuevo a respirar... “el suelo”. Mientras antes se recupere esa primera capa de la corteza donde se desarrolla toda la vida, antes comenzará todo a funcionar. Lo primero es declarar la zona como catatrósfica (paradójico que sea esto lo que en estos momentos todos esperamos, que una catastrofe sea la salvación económica de la zona). La administración empieza a estudiar el desviar fondos, y con eso parece que todo está solucionado. Y encima la zona era un zona primordial para el corredor verde del lince. Una autovía verde que comunica las dos únicas poblaciones estables del felino más amenazado del planeta, Doñana y las Sierras de Cardeña y Andujar. Una comunicación fundamental para contrarrestar una de las principales causas de su posible desaparición, la endogamia. La Consejería de Medio Ambiente y el mismo Ministerio invierten terribles esfuerzos en su conservación, tanto económicos como políticos, técnicos y humanos mediante programas de concienciación, cría en cautividad o de recuperación de zonas de cría y posible reintroducción, y UN PROYECTIL pone en serio peligro todo el sistema. Un único foco es la causa del incendio, un foco provocado por un proyectil del campo de tiro de la base militar que no explotó en su día. UNA BALA. Y el asunto es que esta amenaza era conocida e incluso ya había provocado otros incendios antes. Millones de euros en el presupuesto de defensa y la única bala que tenía que explotar de verdad no lo hace. ¿Cuántos más quedarán sin explotar? ¿Quién tiene que asegurar que no se originen más incendios por esta causa?

2 comentarios:

Sadae dijo...

Te puedo asegurar que ahora mismo podria haber otro incendio, hay balas , bombas, misiles.. sin explotar y despues de 15 incendios en 10 años, ahora se plantean hacer quemas preventivas en primavera...

Y eso si se hace... Con lo facil que es tener una zona controlada con herbicidas y sin arboles, para hacer todo lo que quieren con sus "jueguecitos"

Picalcan dijo...

Las balas y las bombas, aún sin sin explotar o herir, siguen matando. Es lo que tiene las armas de fuego, nunca mejor dicho.