miércoles, 25 de abril de 2007

MI VIDA DE MALA


Desde que soy mala soy más feliz. No estoy loca, no no no, sino que me gusta ser mala, sentirme mala. Por ejemplo, vas a una presentación de candidatura, cámara a cuestas y sientes las miradas inquisidoras clavarse en tus espaldas, y sé a ciencia cierta que no me miran el culo, sino que piensan: "ahí va la tía esa mala, que estará tramando". Y a mi eso me gusta. Ains! no haber sido mala antes. Yo quise ser buena, de verdad, palabrita, pero no ha podido ser. Sacaba un artículo de crítica a un político y me sentía mal, incluso se lo comentaba intentando justificar el tema. Luego, el político de turno empezó a criticar no sólo lo que escribía sino también mi persona, mi familia, mi negocio... entonces empecé a cambiar y ahora soy la de la foto: una mala de verdad. Anoche en la presentación de la candidatura del PSOE me sentí víbora, bicha, una Jezabel corchúa y por eso me quedé sin un clavel de esos tan shhhhhulos que repartían. Un cardo cuco te daba yo, me dijo uno y oooooooooooohhhhh que bien me sentaron esas palabras. Ahora seguiré reptando por otros mítines, otras presentaciones de candidaturas, como una serpiente. Iba a criticar el discurso de Rafael Rivas, el candidato, pero se me jodió el invento, hay que ver el tío que bien preparado lo tenía, se le nota la experiencia. Yo allí preparada con mi cámara esperando el mínimo error, pero nada, que desilusión. Anda, sed buenos con esta mala y darme un motivo para escribir maldades. Agggg, que feo Pulido, el presi de la Diputación, joer, pero que feo (toma)

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